domingo, 9 de febrero de 2014

Ampliando la mirada

    Hoy al comer discutíamos en mi casa, como cuando viajamos nos encontramos que en otros países, la forma de actuar y pensar es tan diferente a la nuestra. Es que los 500 y picos de años, aun no nos lleva a ver las cosas con una mirada distinta. Una mirada que busque soluciones practicas al día a día, que logre interesarnos por las cosas hermosas como un buen libro, apreciar la belleza de un poema, una escultura o pintura, que encontremos en ellos mas que entretención. Que encontremos el sentido de la responsabilidad simplemente porque en nuestro sistema esté integrado el hacer lo correcto porque es lo adecuado. Que podamos ser capaces de interpretar los mensajes que nos quieren transmitir y busquemos la alegría de aprender más que lo simple. Vivimos el dia sobre la base mas sencilla, sin ahondar en buscar y crecer.

Somos tres pueblos mezclados en un tercio de isla. Cada uno con ideas tan distantes, con características diferentes, con acceso a distintos tipos de educación.  Y cada uno entiende le pertenece la razón, y al ver hacia atrás, podemos ver que aun existe la misma situación que cuando nuestro Juan Pablo Duarte vivió. 

Una clase  acomodada a vivir del otro, una cansada de cargar con otros y los que nada esperan ya.

Solo cuando él salió y amplió la mirada, vió como otros pueblos si habian alcanzado una verdadera libertad. 

     En otros paises vamos y nos interesamos por conocer su cultura, indagamos sobre sus lugares importantes a conocer y su historia. Nos asombramos de su forma de cumplir con las reglas básicas de convivencia. Vemos además como otros compatriotas nuestros son capaces de asimilar las reglas y cumplirlas con tal lealtad, que hasta indigna el porque aquí no somos capaces de cumplirlas igual.

     Es simple, en otros lugares sabemos perfectamente las consecuencias de no cumplir con los límites puestos. Aquí sin embargo las leyes están puestas, más su aplicación dependerá de quien la interprete, y de a quien le acomode. Hemos llegado al punto de vernos normalizados a esta situación, y son pocas las voces que se alzan en busca de decisiones más justas.